Los de abajo

Dos tipos de evolución convergen en Los de abajo: por un lado, en palabras de Carlos Fuentes, esta novela “despoja a la historia revolucionaria de su sostén épico”; por el otro, en sus sucesivas ediciones experimentó transformaciones de todo tipo —ya para fortalecer la trama, ya para afinar el argumento, pero también para adecentar el léxico— que no siempre reflejaron la sensibilidad y audacia de Mariano Azuela.
Desde que se publicó por entregas en el periódico El Paso del Norte, en 1915, hasta que apareció bajo el sello del FCE al cuidado de Alí Chumacero, en 1958, el texto fue objeto de numerosas adiciones, supresiones y enmiendas. La primera y más radical de ellas fue la que realizó el propio Azuela en 1920, cuando preparó un manuscrito que no solo tenía cambios de sintaxis y ortografía, sino que incorporaba pasajes enteros y daba vida a nuevos personajes; esa edición, conocida como Razaster, por la imprenta que la dio a la luz, es de enorme valor, pues en ella se deja entrever la concepción estilística del autor en torno a la literatura realista.
Víctor Díaz Arciniega —investigador de la UAM y asiduo lector de Azuela— recupera aquí los aciertos de la última versión preparada por el médico jalisciense que combatió con las tropas villistas. Con estas páginas, que dan cuenta de algunas de las transformaciones de Los de abajo, celebramos el primer centenario del surgimiento de esta novela, revolucionaria tanto por su temática como por su influencia en las letras mexicanas.